(Bagdad, 1950 - Miami, Estados Unidos, 2016) Arquitecta iraquí, una de las principales figuras de la arquitectura contemporánea mundial. Cursó estudios de Matemáticas en la Universidad Americana de Beirut (Líbano) y en 1972 se trasladó a Londres (Reino Unido) para ingresar en la Asociación de Arquitectura, donde se graduó en 1977 y en la que poco después ejerció como docente.
Nada más finalizar sus estudios, Hadid se convirtió en socio de la Office for Metropolitan Architecture (OMA) de Londres, donde trabajó con sus fundadores, los prestigiosos arquitectos Rem Koolhaas y Elia Zenghelis, que habían sido sus profesores. En 1979 fundó su propio estudio de arquitectura en la capital británica, ciudad en la que la arquitecta iraquí pasaría la mayor parte de su vida.
Durante los años siguientes continuó simultaneando la actividad docente con los trabajos arquitectónicos, destacando por proyectos como The Peak (1983), en Hong Kong (China), que nunca llegó a construirse, o el edificio de oficinas de Kurfürstendamm, en Berlín (Alemania), construido en 1986. En 1987 la arquitecta abandonó la dirección de su estudio en Londres para centrarse tanto en la docencia, ocupación que la llevaría a recorrer las más prestigiosas universidades del mundo (Harvard, Illinois, Hamburgo o Nueva York, entre otras), como en el desarrollo de sus propios proyectos.
Por esas fechas, su estilo arquitectónico ya había alcanzado su definición madura y mostraba los rasgos que caracterizan el conjunto de sus obras, como el uso de volúmenes livianos, las formas puntiagudas y angulosas, los juegos de luz y la integración de los edificios con el paisaje. Su nombre comenzó a asociarse al deconstructivismo, tendencia arquitectónica surgida a finales de los 80 que tuvo como referencias teóricas el constructivismo de Vladimir Tatlin y la metodología deconstructiva del filósofo francés Jacques Derrida. Arquitectos como Philip Johnson, Peter Eisenman, Frank O. Gehry, Rem Koolhaas y la misma Zaha Hadid quedaron vinculados de uno o otro modo a esta corriente, que pronto reveló su escasa cohesión y su naturaleza heterogénea y efímera.
Obras señeras de Hadid datadas en la primera mitad de la década de 1990 son el cuartel de bomberos de la fábrica Vitra en Weil am Rhein (Alemania) y el diseño del Bar Moonsoon de Sapporo (Japón). Durante la segunda mitad del mismo decenio, Hadid integró en sus proyectos arquitectónicos el uso de formas espirales. Una de las realizaciones más relevantes de ese período es el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos), obra de 1998 en la que puede apreciarse la búsqueda de nuevos modelos integradores del diseño urbanístico, tanto de interiores como de exteriores. En 1999 llevó a cabo otro de sus proyectos destacados, la Mind Zone de Greenwich, en Londres.
Nada más finalizar sus estudios, Hadid se convirtió en socio de la Office for Metropolitan Architecture (OMA) de Londres, donde trabajó con sus fundadores, los prestigiosos arquitectos Rem Koolhaas y Elia Zenghelis, que habían sido sus profesores. En 1979 fundó su propio estudio de arquitectura en la capital británica, ciudad en la que la arquitecta iraquí pasaría la mayor parte de su vida.
Durante los años siguientes continuó simultaneando la actividad docente con los trabajos arquitectónicos, destacando por proyectos como The Peak (1983), en Hong Kong (China), que nunca llegó a construirse, o el edificio de oficinas de Kurfürstendamm, en Berlín (Alemania), construido en 1986. En 1987 la arquitecta abandonó la dirección de su estudio en Londres para centrarse tanto en la docencia, ocupación que la llevaría a recorrer las más prestigiosas universidades del mundo (Harvard, Illinois, Hamburgo o Nueva York, entre otras), como en el desarrollo de sus propios proyectos.
Por esas fechas, su estilo arquitectónico ya había alcanzado su definición madura y mostraba los rasgos que caracterizan el conjunto de sus obras, como el uso de volúmenes livianos, las formas puntiagudas y angulosas, los juegos de luz y la integración de los edificios con el paisaje. Su nombre comenzó a asociarse al deconstructivismo, tendencia arquitectónica surgida a finales de los 80 que tuvo como referencias teóricas el constructivismo de Vladimir Tatlin y la metodología deconstructiva del filósofo francés Jacques Derrida. Arquitectos como Philip Johnson, Peter Eisenman, Frank O. Gehry, Rem Koolhaas y la misma Zaha Hadid quedaron vinculados de uno o otro modo a esta corriente, que pronto reveló su escasa cohesión y su naturaleza heterogénea y efímera.
Obras señeras de Hadid datadas en la primera mitad de la década de 1990 son el cuartel de bomberos de la fábrica Vitra en Weil am Rhein (Alemania) y el diseño del Bar Moonsoon de Sapporo (Japón). Durante la segunda mitad del mismo decenio, Hadid integró en sus proyectos arquitectónicos el uso de formas espirales. Una de las realizaciones más relevantes de ese período es el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos), obra de 1998 en la que puede apreciarse la búsqueda de nuevos modelos integradores del diseño urbanístico, tanto de interiores como de exteriores. En 1999 llevó a cabo otro de sus proyectos destacados, la Mind Zone de Greenwich, en Londres.
Nada más finalizar sus estudios, Hadid se convirtió en socio de la Office for Metropolitan Architecture (OMA) de Londres, donde trabajó con sus fundadores, los prestigiosos arquitectos Rem Koolhaas y Elia Zenghelis, que habían sido sus profesores. En 1979 fundó su propio estudio de arquitectura en la capital británica, ciudad en la que la arquitecta iraquí pasaría la mayor parte de su vida.
Durante los años siguientes continuó simultaneando la actividad docente con los trabajos arquitectónicos, destacando por proyectos como The Peak (1983), en Hong Kong (China), que nunca llegó a construirse, o el edificio de oficinas de Kurfürstendamm, en Berlín (Alemania), construido en 1986. En 1987 la arquitecta abandonó la dirección de su estudio en Londres para centrarse tanto en la docencia, ocupación que la llevaría a recorrer las más prestigiosas universidades del mundo (Harvard, Illinois, Hamburgo o Nueva York, entre otras), como en el desarrollo de sus propios proyectos.
Por esas fechas, su estilo arquitectónico ya había alcanzado su definición madura y mostraba los rasgos que caracterizan el conjunto de sus obras, como el uso de volúmenes livianos, las formas puntiagudas y angulosas, los juegos de luz y la integración de los edificios con el paisaje. Su nombre comenzó a asociarse al deconstructivismo, tendencia arquitectónica surgida a finales de los 80 que tuvo como referencias teóricas el constructivismo de Vladimir Tatlin y la metodología deconstructiva del filósofo francés Jacques Derrida. Arquitectos como Philip Johnson, Peter Eisenman, Frank O. Gehry, Rem Koolhaas y la misma Zaha Hadid quedaron vinculados de uno o otro modo a esta corriente, que pronto reveló su escasa cohesión y su naturaleza heterogénea y efímera.
Obras señeras de Hadid datadas en la primera mitad de la década de 1990 son el cuartel de bomberos de la fábrica Vitra en Weil am Rhein (Alemania) y el diseño del Bar Moonsoon de Sapporo (Japón). Durante la segunda mitad del mismo decenio, Hadid integró en sus proyectos arquitectónicos el uso de formas espirales. Una de las realizaciones más relevantes de ese período es el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos), obra de 1998 en la que puede apreciarse la búsqueda de nuevos modelos integradores del diseño urbanístico, tanto de interiores como de exteriores. En 1999 llevó a cabo otro de sus proyectos destacados, la Mind Zone de Greenwich, en Londres.
Nada más finalizar sus estudios, Hadid se convirtió en socio de la Office for Metropolitan Architecture (OMA) de Londres, donde trabajó con sus fundadores, los prestigiosos arquitectos Rem Koolhaas y Elia Zenghelis, que habían sido sus profesores. En 1979 fundó su propio estudio de arquitectura en la capital británica, ciudad en la que la arquitecta iraquí pasaría la mayor parte de su vida.
Durante los años siguientes continuó simultaneando la actividad docente con los trabajos arquitectónicos, destacando por proyectos como The Peak (1983), en Hong Kong (China), que nunca llegó a construirse, o el edificio de oficinas de Kurfürstendamm, en Berlín (Alemania), construido en 1986. En 1987 la arquitecta abandonó la dirección de su estudio en Londres para centrarse tanto en la docencia, ocupación que la llevaría a recorrer las más prestigiosas universidades del mundo (Harvard, Illinois, Hamburgo o Nueva York, entre otras), como en el desarrollo de sus propios proyectos.
Por esas fechas, su estilo arquitectónico ya había alcanzado su definición madura y mostraba los rasgos que caracterizan el conjunto de sus obras, como el uso de volúmenes livianos, las formas puntiagudas y angulosas, los juegos de luz y la integración de los edificios con el paisaje. Su nombre comenzó a asociarse al deconstructivismo, tendencia arquitectónica surgida a finales de los 80 que tuvo como referencias teóricas el constructivismo de Vladimir Tatlin y la metodología deconstructiva del filósofo francés Jacques Derrida. Arquitectos como Philip Johnson, Peter Eisenman, Frank O. Gehry, Rem Koolhaas y la misma Zaha Hadid quedaron vinculados de uno o otro modo a esta corriente, que pronto reveló su escasa cohesión y su naturaleza heterogénea y efímera.
Obras señeras de Hadid datadas en la primera mitad de la década de 1990 son el cuartel de bomberos de la fábrica Vitra en Weil am Rhein (Alemania) y el diseño del Bar Moonsoon de Sapporo (Japón). Durante la segunda mitad del mismo decenio, Hadid integró en sus proyectos arquitectónicos el uso de formas espirales. Una de las realizaciones más relevantes de ese período es el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos), obra de 1998 en la que puede apreciarse la búsqueda de nuevos modelos integradores del diseño urbanístico, tanto de interiores como de exteriores. En 1999 llevó a cabo otro de sus proyectos destacados, la Mind Zone de Greenwich, en Londres.
A partir del cambio de milenio comenzó el período más prolífico de la arquitecta iraní, que había alcanzado ya un gran renombre internacional, como ponían de manifiesto los numerosos premios y reconocimientos: miembro honorario de la Academia de las Artes y las Letras de Estados Unidos e integrante del Instituto Americano de Arquitectura (2000), entre otros. En 2001 diseñó la terminal ferroviaria Hoenheim-North Terminus & Parqueo, en Estrasburgo (Francia), y de un año más tarde data la plataforma de saltos de esquí Bergisel de Innsbruck (Austria), así como el diseño del Plan Maestro de la ciudad de Singapur.
En 2003 recibió Hadid un nuevo galardón de carácter internacional, el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies Van Der Rohe de la Unión Europea, concedido por el proyecto para la estación de Estrasburgo, pero fue un año más tarde cuando la arquitecta alcanzó el máximo reconocimiento a nivel mundial con la consecución del Premio Pritzker (fue la primera mujer que mereció tal distinción).
Por las mismas fechas le fueron otorgados también otros galardones, como la Orden del Imperio Británico por su apoyo al desarrollo de la arquitectura, y continuó recibiendo encargos de todas partes del mundo, entre los que destacan el Anexo del Museo Ordrupgaard de Copenhague (Dinamarca), el Centro de Ciencia Phäno de Wolfsburgo (Alemania), la sede central de BMW en Leipzig (Alemania) y el Centro Heydar Aliyev en Bakú (Azerbaiyán).
En 2005 se impuso en el concurso de diseño del Pabellón Puente de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008, en el que volvió a demostrar su capacidad de adaptación a los proyectos más diversos, y fue la encargada de diseñar el Nuevo Casino de Basilea (Suiza). Un año más tarde ganó el Proyecto de Reestructuración y Renovación de Zorrozaurre, un barrio de Bilbao (España) que planeaba convertir en isla. Otros de sus proyectos en España fueron el cine de la plaza de Les Arts y la Spiralling Tower en Barcelona, los interiores del Hotel Puerta América de Madrid, la biblioteca de la Universidad de Sevilla y los rascacielos de Durango (Vizcaya).
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